Churros de Don Mateo (donde ahora esta el billar de la plaza) |
Y va de nuez, gracias a
las personas que nos hicieron favor de leer el primero de, esperemos, muchos
relatos y anécdotas de nuestro pueblo.
Les contaba pues de la
barriada, de San Antonio, este barrio que ha visto el ir y venir y tantas
personas, unas que se van en busca de un mejor
futuro pero siempre se acuerdan del terruño, otras que regresan, después
de muchos años ausentes, con su gente, a su lugar, a su pedacito de tierra y
los que se nos adelantaron a guardarnos un campito en el mas allá.
Dicen que todo tiempo
pasado siempre fue mejor, yo creo que todos los tiempos son iguales, lo que
pasa es que vamos viendo las cosas de diferente manera, vamos creciendo,
madurando y cuando recordamos los episodios de nuestra niñez se nos hacen
bonitos, pero es la nostalgia, el querer volver a vivir un poquito de aquello
de nuevo, esperar, por ejemplo, que llegara el domingo para ir a dar la vuelta
a la plaza y rentar una bicicleta con “El Rinti” por una módica cantidad, estar
impacientes porque algún niño no suelta pronto el cinito de Luchi Villalvazo,
hacer cola mientras salían los espirales dorados que olían tan rico y que luego
cortaba y azucaraba con toda pericia Don Mateo, si, los deliciosos churros y
también las gorditas, hechas con la misma masa de churros; quien no conoció a
Don Chuy Garnica y su puesto con una incontable variedad de mercancías, las
paletas de Don Juan Brambila, el nevero, mi vecino por cierto, los jugos y
chocomiles de Doña Vence, cuántos no hicieron fila para comprar un boleto con
Coco para el cine a ver los "estrenos" de ese tiempo, las películas
de Bruce Lee, Chuck Norris, los hermanos Almada, Valentín Trujillo, Lola la
trailera y saliendo disfrutar de los
cacahuates de Don Genaro o los dulces y el pan de Lillo que, dicho sea de paso,
no eran del barrio pero vendían afuera del cine, quienes no fueron alguna vez a
la disco “Piscis” o a los bailes al “Carta Blanca”.
Calle 20 de Noviembre en su cruce con Morelos Centro |
El barrio ha sido uno
de los mas “nice” de San Juan por contar con múltiples instalaciones; en el se
encontraba el cine, la disco, que después se convirtió en academia
comercial y sirvió de albergue en sus
primeros años a los alumnos del CECyTEN No. 1, mientras construían el actual
edificio; hubo también dos academias, una clínica particular, la del Dr.
Federico Martínez, uno de los comercios mas importantes también estaba en el
barrio, la de Don Manuel Salcedo, que también fue juez, hay una veterinaria,
una escuela primaria, la Berzunza, en la que aprendí mis primeras letras, un
pozo profundo que abastece de agua a un sector del pueblo y un hospital, que
fue en sus primeros años muy importante pues contaba hasta con quirófano y que,
lamentablemente en la actualidad, se encuentra prácticamente abandonado, no
podemos olvidar también a los chamacos del
“Big Brother” como bautizó la raza al centro de rehabilitación para
enfermos de alcoholismo y drogadicción que se encuentra también aquí. Y el
campo de futbol, como dejarlo pasar, donde se jugaban partidos de gran
importancia entre los equipos de los poblados vecinos y sirvió alguna vez de
pista de aterrizaje para helicópteros, que venían a no se que cosa, pero
llamaba la atención de tal manera que se veía la retahila de chiquillos salir
de todos lados para encaminarse, lo mas veloz posible, a ver el armatoste bajar
cual nave espacial alienígena en combate en medio de remolinos de polvo...